¿𝐐𝐮é 𝐟𝐮𝐞 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐟𝐚𝐥𝐥ó?

¿𝐐𝐮é 𝐟𝐮𝐞 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐟𝐚𝐥𝐥ó?

Ajuste de Cuentos

Ángel Solís

Las torrenciales lluvias que azotaron recientemente a Chetumal y en particular el intenso aguacero del pasado 14 de junio, deben ser tomadas por los habitantes de esta capital como un “simulacro” de lo que podemos enfrentar en esta temporada ciclónica, y para las autoridades morenistas de los tres órdenes tiene que ser una seria advertencia, sobre todo para los meses de septiembre y octubre, cuando históricamente esta ciudad ha sufrido destrucciones y muertes por el paso destructor de huracanes.

Y es que pese a todos los daños ocasionados por los más de tres horas seguidas de lluvia durante ese pasado viernes de quincena, 𝐡𝐚𝐲 𝐪𝐮𝐞 𝐚𝐠𝐫𝐚𝐝𝐞𝐜𝐞𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐭𝐨𝐫𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐫𝐚𝐣𝐨 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐢𝐠𝐨 𝐢𝐧𝐮𝐧𝐝𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐦á𝐬 𝐝𝐞 𝐦𝐞𝐭𝐫𝐨 𝐲 𝐦𝐞𝐝𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐚𝐥𝐭𝐮𝐫𝐚 𝐞𝐧 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐧𝐚𝐬 𝐳𝐨𝐧𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐂𝐡𝐞𝐭𝐮𝐦𝐚𝐥 𝐨𝐜𝐮𝐫𝐫𝐢ó 𝐞𝐧 𝐮𝐧 𝐡𝐨𝐫𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐠𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐩𝐮𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐫𝐫𝐞𝐫 𝐲 𝐫𝐞𝐬𝐜𝐚𝐭𝐚𝐫 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐩𝐮𝐝𝐢𝐞𝐫𝐨𝐧, ya que de haber sido durante la madrugada estaríamos hablando de decenas de muertos, entre niños y adultos mayores, con graves repercusiones a nivel nacional.

La falta de comunicación por parte de Guillermo Núñez Leal, quien cobra como Coordinador Estatal de Protección Civil (COEPROC) y que hasta hace unos años se ganaba la vida recorriendo las calles de esta ciudad por unos cuantos pesos y que de la noche a la mañana se convirtió en experto en materia de Protección Civil, puso en riesgo la vida de decenas de chetumaleños que no fueron advertidos de lo que venía en camino.

Diversos medios electrónicos especialistas en la materia pronosticaban la caída de lluvias entre los 132 a 150 mm, cuando la capacidad de los pozos de absorción de poco de más 100 mm hacía previsibles inundaciones en la ciudad capital, sobre todo los puntos que ya saben que incrementan el nivel hasta con una pequeña llovizna.

Publicando en las redes sociales de la oficina a su cargo la advertencia de posibles “encharcamientos” provocados por las lluvias, que por cierto esos encharcamientos terminaron con la vida útil de una camioneta de la Coordinación de Protección Civil.

Al ser el inicio de un fin de semana y de quincena, la Plaza comercial las Américas, los bares y cantinas de la ciudad estaban a su máxima capacidad y hasta las clausuras de cursos escolares se llevaban a cabo sin contar con un aviso mínimo de tormenta que provocó la pérdida total de más 500 vehículos, cientos de artículos electrodomésticos y decenas de casas bajo al agua que a casi 15 días continúan en la misma situación, solo que ahora rodeados por los moscos.

Aunque las autoridades aseguran que dieron limpieza total a los poco más de dos mil 800 pozos de absorción que hay en Chetumal, lo cierto es que no fue así, ya que desde inicios del año todos los funcionarios tanto municipales como estatales se fueron a las campañas políticas, olvidándose por completo de su compromiso con los ciudadanos. Por ello 𝐚 𝐩𝐨𝐳𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐳𝐨𝐧𝐚𝐬 𝐢𝐧𝐮𝐧𝐝𝐚𝐛𝐥𝐞𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐥𝐚 𝐜𝐨𝐥𝐨𝐧𝐢𝐚 𝐅𝐫𝐚𝐦𝐛𝐨𝐲𝐚𝐧𝐞𝐬 —𝐞𝐧 𝐋𝐚 𝐂𝐡𝐚𝐫𝐜𝐚— 𝐧𝐨 𝐬𝐞 𝐥𝐞 𝐝𝐢𝐨 𝐦𝐚𝐧𝐭𝐞𝐧𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐩𝐫𝐞𝐯𝐢𝐨 𝐚 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐭𝐞𝐦𝐩𝐨𝐫𝐚𝐝𝐚 𝐜𝐢𝐜𝐥ó𝐧𝐢𝐜𝐚.

Cosa que se pudo comprobar en los días posteriores al 14 de junio con las siguientes lluvias, ya que pese a la intensidad de las precipitaciones pluviales estas no tuvieron un efecto tan devastador porque se limpiaron algunos pozos y de igual forma el Dren que se encuentra en la avenida Othón P. Blanco.

Estas afectaciones a las viviendas y al patrimonio de los chetumaleños deben ser tomadas como una lección para hacer una limpieza de pozos de absorción y de funcionarios simuladores que solo llegaron a cobrar y a estar colgados de la imagen de la mandataria estatal, porque es evidente que no movieron un solo dedo y a dos semanas de estos lamentables hechos ni siquiera han hecho alguna publicación en sus redes sociales.

𝐇𝐚𝐲 𝐪𝐮𝐞 𝐫𝐞𝐜𝐨𝐧𝐨𝐜𝐞𝐫 𝐞𝐥 𝐞𝐱𝐜𝐞𝐥𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐭𝐫𝐚𝐛𝐚𝐣𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐠𝐨𝐛𝐞𝐫𝐧𝐚𝐝𝐨𝐫𝐚 𝐌𝐚𝐫𝐚 𝐋𝐞𝐳𝐚𝐦𝐚 𝐄𝐬𝐩𝐢𝐧𝐨𝐬𝐚, 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐬𝐚𝐥𝐢ó 𝐚 𝐚𝐲𝐮𝐝𝐚𝐫 𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐜𝐡𝐞𝐭𝐮𝐦𝐚𝐥𝐞ñ𝐨𝐬 𝐲 𝐚 𝐠𝐞𝐬𝐭𝐢𝐨𝐧𝐚𝐫 𝐦𝐢𝐥𝐥𝐨𝐧𝐚𝐫𝐢𝐨𝐬 𝐫𝐞𝐜𝐮𝐫𝐬𝐨𝐬 para que los damnificados puedan recuperar una parte de lo que intensas lluvias les arrebató.

Estamos a unos días de concluir un lluvioso mes de junio y todavía nos esperan los meses más intensos de la actividad ciclónica del año; prácticamente todo el país y todo el estado ya se encuentran de un solo color, por lo que no debe haber excusas para auxiliar a quienes sean afectados y quien no pueda o no quiera trabajar al ritmo de la gobernadora debe ser separado del cargo.

Es el momento preciso para comiencen a rodar las cabezas.