En una contundente carta abierta, cardenales y obispos católicos de todo el mundo han pedido al Comité Olímpico Internacional (COI) que “repudie” y “se disculpe” por la “burla intencionalmente odiosa” de la Última Cena durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024.
Además, “los abajo firmantes se comprometen a un día de oración y ayuno en reparación por esta blasfemia”.
a carta fue firmada por 3 cardenales y 24 obispos hasta el viernes 2 de agosto, y afirma: “Con asombro, el mundo vio cómo los Juegos Olímpicos de verano en París comenzaron con una representación grotesca y blasfema de la Última Cena”.
“Es difícil entender cómo la fe de más de 2 billones de personas puede ser tan casual e intencionalmente blasfemada”, dijeron los prelados, entre ellos el Cardenal Raymond Leo Burke, el Cardenal Wilfrid Fox Napier, O.F.M., y el Cardenal Berhaneyesus Demerew Souraphiel, C.M.
Mientras que 15 de los 24 signatarios son de Estados Unidos, obispos de Argentina, Francia, Ghana, Líbano, Nigeria, Perú y el Reino Unido también firmaron la carta.
Los prelados exigieron que el COI “repudie esta acción blasfema y se disculpe con todas las personas de fe”, advirtiendo que la exhibición “amenaza a personas de todas las religiones y de ninguna, ya que abre la puerta a que aquellos con poder hagan lo que deseen con las personas que no les gustan”.
Los organizadores de la carta proporcionaron una dirección de correo electrónico — [email protected] — que otros obispos pueden usar para añadir sus nombres al documento.
Respuesta “condescendiente”
La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos en la capital francesa el 26 de julio desencadenó una indignación mundial por escenas que incluían drag queens retozando en lo que muchos denunciaron como una burla de la Última Cena.
La controversia escaló tanto que una empresa estadounidense de telefonía móvil e internet decidió retirar su publicidad de los Juegos Olímpicos.
En una primera respuesta al escándalo un día después de la ceremonia, el director artístico responsable de la ceremonia, Thomas Jolly, dijo al medio local BFMTV que la escena estaba inspirada en una fiesta pagana, no en la Última Cena.
“Nunca encontrarás en mi trabajo un deseo de denigrar a nadie ni a nada”, dijo Jolly según Reuters.
Un día después, la portavoz de los Juegos Olímpicos, Anne Descamps, dijo, según Reuters: “Claramente nunca hubo intención de mostrar falta de respeto a ningún grupo religioso. (La ceremonia de apertura) trató de celebrar la tolerancia comunitaria. […] Si alguien se ha sentido ofendido, realmente lo lamentamos”.
Al menos un líder católico prominente rechazó esta respuesta, al igual que muchos otros de manera inequívoca.
El obispo Robert Barron de Winona-Rochester, Minnesota, calificó la reacción parisina como “una obra maestra de duplicidad woke” en un video publicado en la red social X el 29 de julio.
“Los cristianos se ofendieron porque fue ofensivo y estaba destinado a ser ofensivo”, señaló Barron. “Así que por favor no nos traten con condescendencia con esta observación sobre, bueno, si tuvieron algún sentimiento negativo, lo sentimos mucho”.
“Una disculpa real sería algo así como: Esto fue un error. Nunca debería haberse hecho, y lo lamentamos”, dijo, y agregó: “No creo que los cristianos deban ser aplacados; creo que debemos seguir alzando nuestras voces”.
Día de oración y ayuno
Además de su compromiso con un día de oración y ayuno, los firmantes de la carta “ofrecerán el Santo Sacrificio de la Misa, en el cual la Pasión, muerte y resurrección de Cristo se hacen presentes para nosotros mediante nuestra obediencia al mandato que él dio en la Última Cena: ‘Haced esto en memoria mía’”.
“Oramos para que aquellos que buscan hacer daño a otros con su poder, y aquellos que han sido dañados, imiten su amor auto sacrificial, para que la paz, la decencia y el respeto mutuo sean restaurados en el mundo”, señala la carta.