Del lado equivocado

Del lado equivocado

A la hora de escribir de estas líneas, la mayoría de los gobiernos de América Latina había expresado dudas o, de plano, rechazo a los resultados de los comicios presidenciales del domingo en Venezuela, anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE).

Así lo hicieron, cada uno con su tono y a su estilo, los de Argentina, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, República Dominicana, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay.

Paralelamente, Colombia, a través de su canciller, pidió que prevalezcan “la transparencia y las garantías electorales” en Venezuela, así como dotar a los resultados de “credibilidad y legitimidad”. Y Brasil se pronunció por una “verificación imparcial de los resultados”, al tiempo que dijo que seguía el proceso de recuento de votos “con atención”.

La postura de México corre el riesgo de quedarse en la minoría, más cerca de la de Cuba, Nicaragua, Bolivia y Honduras –que felicitaron sin ambages al mandatario venezolano Nicolás Maduro–, que de los países mencionados arriba.

También, de quedarse al margen de lo que han expresado sus socios norteamericanos, Estados Unidos y Canadá, a través de Antony Blinken, el secretario de Estado estadunidense, y Mélanie Joly, la ministra de Asuntos Exteriores canadiense.

De gira por Japón, Blinken manifestó “serias preocupaciones” respecto de los resultados, al poner en duda que éstos reflejen la decisión de los votantes venezolanos. “Es fundamental que cada voto se cuente de manera justa y transparente y que las autoridades electorales compartan de inmediato la información con los observadores”, agregó. “Llamamos a las autoridades venezolanas a respetar la voluntad del pueblo, asegurar la transparencia y publicar en detalle los resultados para todas las casillas electorales”, posteó Joly en X.     

Ayer, en su conferencia mañanera en Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que aguardaría a que se diera a conocer el 100 por ciento del escrutinio antes de pronunciarse sobre los comicios del domingo.

“Vamos a esperar que terminen de contar los votos. Nosotros tenemos la información que el órgano electoral de Venezuela le está dando el triunfo al presidente Maduro, esto es lo que sabemos, es el órgano electoral, el Consejo Nacional Electoral”, apuntó, al tiempo que aparecía un gráfico con los resultados en la pantalla del Salón Tesorería.

“Éste es el resultado, con 80 por ciento de las casillas. Entonces, hay que esperar que esté el 100 por ciento, y nos vamos a guiar por esto”. Agregó: “Hay que ir esperando, porque, si no, no se tiene una buena información. Nosotros vamos a esperar el resultado ya cuando se haya llevado a cabo el recuento, ver cuál es el proceso legal y entonces vamos a pronunciarnos.

“Si la autoridad electoral confirma esta tendencia, nosotros vamos a reconocer al gobierno electo por el pueblo de Venezuela, porque así es la democracia. Pero vamos a esperarnos. Por eso tampoco podemos desconocer ningún resultado. Vamos a esperar y ya vamos a tener todos los elementos”.

Es decir, una posición que desconoce el cúmulo de irregularidades que se presentaron antes y durante la elección, como el hecho de que la líder opositora María Corina Machado fue impedida de inscribirse como candidata; que los representantes de la oposición en las casillas fueron privados de un buen porcentaje de las actas de escrutinio, y que el órgano electoral, encabezado por un fundador del partido del gobierno, no había dado los resultados desglosados, sino sólo cifras generales, que son absolutamente opinables. Ayer, el régimen de Caracas rompió relaciones con los países latinoamericanos que pidieron transparencia y criticaron el manejo de la información por parte del CNE, al tiempo que miles de venezolanos salieron a las calles a protestar, en medio de una represión desatada por las fuerzas de seguridad y los colectivos chavistas.

México deberá decidir si convalida los hechos arbitrarios en el país sudamericano. Habrá que esperar qué dice mañana el presidente López Obrador —ahora que ya se declaró oficialmente ganador a Maduro—, así como la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum. Sería lamentable quedar, en este caso, en minoría dentro del campo latinoamericano, y, peor aún, del lado equivocado de la convivencia democrática.