El Mayo estuvo en el mundo del narcotráfico 50 años. Por lo menos la mitad de ellos fue líder del cártel del crimen organizado más poderoso y violento de México
En el gobierno federal siguen sin tener la menor idea de cómo Ismael El Mayo Zambada y Jesús Guzmán López, el capo más importante del narcotráfico y el hijo de El Chapo Guzmán, terminaron en una avioneta en el pequeño aeropuerto de Santa Teresa, cerca de El Paso, Texas, donde fueron detenidos y procesados. Tampoco saben qué ha pasado con el hermano de Jesús, Ovidio Guzmán, que estaba en una cárcel de Chicago y ya no está ahí, se dijo en México que tuvo un cambio de medidas cautelares, lo que en los hechos quiere decir que se convirtió en testigo protegido. El mismo camino estaría recorriendo Néstor Isidro Pérez Salas, El Nini, exjefe de seguridad de los Chapitos.
Hay innumerables versiones circulando, ninguna oficial, lo que es comprensible porque estamos ante la mayor operación de inteligencia, en un juego de espejos y engaños simultáneos, realizada por Estados Unidos, contra el narcotráfico en décadas, equiparable con la muerte de Osama Bin Laden, con la similitud de que ni el gobierno de Pakistán entonces ni el de México ahora, tuvieron la menor idea de lo sucedido, quizás porque tanto Osama como El Mayo, según las fuerzas de seguridad estadunidenses, tenían espacios de protección oficiales en Pakistán uno, en México el otro.
Entre las versiones que circulan, algunas son inverosímiles. Ayer el abogado de El Mayo (el único que compareció, al líder del cártel de Sinaloa no se le ha visto más que en fotos) ha dicho que llegó a Estados Unidos en contra de su voluntad y ayer agregó que El Mayo había llegado con su equipo de seguridad a algún lugar donde los esperaba Joaquín, el hijo de El Chapo, que fueron sorprendidos por seis hombres vestidos con uniforme militar, que lo ataron de pies y manos y lo metieron en la avioneta en la que llegó a El Paso, y que ahí sólo viajaron El Mayo y Jesús.
Es una narrativa destinada a argumentar el día de mañana que la detención fue ilegal, que fue un secuestro como el del doctor Álvarez Machain en los años 90 e invalidar legalmente la captura. En términos reales es inverosímil, para empezar ¿qué pasó con el equipo de seguridad de El Mayo? ¿No reaccionaron, estaban comprados, los mataron y ocultaron, nadie percibió nada donde haya sido que ocurrieran estos hechos? Si fue un secuestro ¿recibirían el avión en el aeropuerto de Santa Teresa sólo dos agentes de la DEA sin apoyo alguno, como se ve en un video, si ese video es verídico?
Otra es la tesis del engaño: la DEA negocio con Jesús después de la detención de Ovidio y logró convencerlo de que se entregara y que, además, les entregara a El Mayo. De esa forma, dice el WSJ y repiten otros, El Mayo confiado, sin equipo de seguridad, se sube a un avión para supuestamente ver unos terrenos donde construir pistas y termina, engañado, en El Paso. Es inverosímil. El Mayo estuvo en el mundo del narcotráfico 50 años y, de ellos, por lo menos la mitad fue líder del cártel del crimen organizado más poderoso y violento de México, con presencia en por lo menos 20 países; 40, según las autoridades estadunidenses.
El Mayo, que era especialmente desconfiado y cuidadoso con su seguridad –por eso nunca había sido detenido–, ¿habría aceptado subirse a un avión que no era de los suyos con Jesús, uno de sus ahijados, pero que era parte de Los Chapitos, con los que estaba enfrentado desde hace meses? ¿Viajaría sin armas, sin custodias, sin protección alguna? Sería insólito. Recordemos, por ejemplo, en la multicitada entrevista de El Mayo con don Julio Scherer en 2010, la cantidad de anillos de seguridad que tuvo que pasar el entonces director de Proceso para llegar a la entrevista. ¿Tan confiado estaría ahora como para decidir volar solo, sin custodias, con un potencial adversario en un avión y con un piloto que no eran suyos? No lo creo, es para un muy buen guion para una futura serie, pero no suena nada verídico.
¿Se entregó El Mayo? Es muy probable. El Washington Post escribió que El Mayo se había “rendido” y eso sí me parece lógico, tiene sentido: está enfermo, enfrentado con su propio cártel, incluyendo a los hijos de El Chapo, también con el CJNG, con grupos de Sonora, con Aureliano Guzmán, necesita atención médica. Su hermano y su hijo ya son testigos protegidos, ya han declarado incluso contra El Chapo; otro hijo, El Mayito Gordo, se declaró culpable en San Diego y estaría en la misma situación. Y el hijo que supuestamente quedaría en México como su sucesor sería Ismael Zambada Sicairos, conocido como El Mayito Flaco o El Caballero, con una estructura debilitada, aunque mantendría las relaciones con los proveedores asiáticos para metanfetaminas y fentanilo, enfrentado con lo que queda de Los Chapitos y con Aureliano, el hermano de El Chapo.
La entrega, la rendición de El Mayo es verosímil, porque parte de su familia ya lo hizo, porque él puede garantizar su condición médica, porque sus mujeres (seis, se supone que tiene), otros hijos y nietos podrían conservar cierto patrimonio y tranquilidad y no terminar en medio de una guerra que en el cártel de Sinaloa comenzó con los testimonios de El Rey Zambada y El Vicentillo en el juicio de El Chapo.
Si es así, y todo parece indicarlo, la inteligencia estadunidense tendría en una sola operación, con algunas variables, al mayor capo de la droga en México, a dos de Los Chapitos, a los principales introductores de fentanilo en Estados Unidos y al jefe de seguridad de Los Chapitos, todos dispuestos a convertirse en testigos protegidos. La cantidad de información que obtendrán será tan abrumadora como políticamente demoledora.