EVOLTIJO
Por Eloísa González
Comunicóloga
¡Ay!, ¡ay!, ¡ay!, llega octubre y todo, bueno casi todo, se pinta de rosa en sus distintas tonalidades, debo confesar que ese rosa entre mexicano y fiushia me fascina, me atrevería a decir que es mi color favorito.
Llega octubre, llamado Mes Rosa de la concientización y sensibilización contra el cáncer de mama y todos a vestir, portar objetos, accesorios y usar artículos rosa, pero esto no es todo, en este mes, seremos testigos de un sinfín de campañas, actividades, charlas, pláticas, talleres, por supuesto de encendidos de luces rosas en las principales explanadas municipales del país enfocadas a concientizar sobre la enfermedad.
Veremos a las autoridades y distintos sectores de la sociedad entre los que por supuesto habrá que nombrar al empresarial, muy
activos sobre la prevención de la enfermedad, en fin, que tendremos un bombardeo en el mes y una vez que concluya por arte de magia a la mayoría se les pasará la euforia de “sensibilización”sobre el padecimiento como si este solo existiera en octubre.
Si bien es cierto que el cáncer de mama es el tipo de cáncer que causa más fallecimientos entre las mujeres mexicanas, no basta con lanzar campañas cada año, la prevención, detección y diagnóstico de la enfermedad debe ser permanente no solo en octubre.
No es suficiente vestir, encender luces y formar los tradicionales lazos rosa, impartir pláticas, talleres y demás, si no se educa a las niñas a conocer su cuerpo y autoexplorarse desde la infancia, a las adolescentes a detectar anomalías no solo en las mamas sino en todo su aparato reproductor y acudir a revisiones ginecológicas desde temprana edad.
El tema del cáncer de mama va más allá de la tradicional campaña del Mes Rosa en la que además de todo lo anterior se publicita la realización de la mastografía en mujeres de 40 años y más, estudio que junto con el ultrasonido de mamas son los únicos capaces de detectar la enfermedad en etapa inicial.
Eduquemos a nuestras hijas e hijos, ya que, el cáncer de mama también se presenta en varones con una mínima incidencia a conocer su cuerpo, a autoexplorarse desde la infancia y a detectar anomalías para acudir de inmediato al médico.
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